- ¿Bueno?
- Hola maese Gerardo ¿Cómo
estamos?
- Ah, Frank ¿Cómo estás?
- Esperando tu cuento compadre,
pensé que lo tendría hoy en mi escritorio.
- Tienes razón, perdóname se me
fue el avión.
- No chingues, acuérdate, estas
bajo contrato.
- No te preocupes, yo te lo
mando a tu mail a tiempo.
- Tenía que ser hoy, pero no
hay problema, si mañana lo tengo al abrir mi correo lo paso como este y ya la
hicimos
- Si, te lo agradecería.
- Quisiste suplir a la leyenda.
Llenar el hueco de esta señora no es hacer enchiladas. Vas a tener un problemón
si nos vemos obligados a sacar la contraportada sin tu cuento.
- Ok, ok, mañana lo tienes en
tu mail.
- Eso espero compadre.
- Ok, bye.
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- Tengo la cabeza seca. ¡Coño! Maldito
teléfono.
- ¡¿Bueno?!
- Hola, soy yo ¿Cómo estás?
- Ah… perdón, estoy de la
chingada. Tengo que entregar cinco cuartillas para mañana y nada se me ocurre.
¿Qué paso? ¿Cómo estás?
- Pues tú dime. ¿Cómo ves que
nuestra hija le rompió la nariz a un niño en la escuela?
- ¿Qué hizo qué?
- Lo que oíste. En la escuela.
Un niño se burló de ella por tener dos mamás… ¡Y deberías haber oído a tu
hijita!
- Me pare como me enseño papá y
le dije al mocoso idiota: “no tengo dos mamás, tengo tres, y un papá que me
enseño a boxear. Y le sorraje un jab en su mera narizota”. ¿Un jab? Gerardo,
bonitas cosas le enseñas a tu hija.
- ¡Pinche escuintle! Estuvo
bien.
- ¡Por Dios! ¡Con razón tú y la
otra mensa se llevan tan bien! Aquí estaba hace rato, bien feliz peguntándole a
Jimena como le había pegado al chamaco. ¡Cómo si fuera gracia! ¡Tanto que
críticas a tu familia por peleoneros y mírate, enseñándole a boxear a tu hija!
- Tiene que defenderse
- El director quiere vernos a
los dos.
- Andrea…
- ¿Andrea qué?
- ¿Que no sabe el director
que…? Digo ¿No sabe?
- Sí sabe, el problema no es “ese”.
Me dijo que no piensa admitirla si no hablamos los dos con él. “Los dos” ¿Por
qué? No me preguntes.
- Es que… tengo de trabajo
que... Ni siquiera es tanto pero… ¿Cómo voy a ir hasta Jalapa a ver al director
por una bronca de chamacos? Tengo que preparar exámenes. ¡Dios! Y luego este
asunto de la alumna que asiste embarazada. Un grupo de madres y alumnas se
pusieron en su contra, otro grupo la defiende… la escuela es un desmadre.
- Pues Jimena no entra a clases
hasta que, repito, “los dos”, hablemos con el director. ¿Cómo esta Paulina?
- Está bien. Les mandaba
saludos a las tres.
- Dile que a ver cuándo nos
echamos una platicadita. Y le comentas que la niña también le manda saludos.
- Yo le digo. Ahorita no está.
Anda con lo de la grilla de su sindicato. Para colmo el líder de su planilla es
su ex, y el de la contraparte también. Por cierto, salúdame a Nayeli.
- Cuando regrese. Se fue al
súper con la niña.
- Ok… bueno. Veré como le hago para
faltar el lunes e ir a Jalapa.
- Está bien. Te esperamos. A
Jimenita y a Nayeli les dará gusto verte.
- ¿A ti no?
- Como amigo y padre de mi hija
sabes que sí. De eso no tengo queja.
- Lo mismo digo. ¡Ha! Y no les avises
que voy, para que sea sorpresa. Nos vemos, cuídate mucho.
- Ok, tú también… adiós.
¡Demonios! Maldita hoja en
blanco. ¡Como la detesto!
FIN
1 comentario:
andale... si s difícil escribir cuando lo hacs por obligación jaja
pero q buena conversación y q linda historia... no s lindo boxear pero si defenderse jajaja
aaa m gusto la historia todo el contexto m agrado, no fue muy profunda pero la forma d la platik si s suficient para llamar la atención
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