miércoles, 15 de octubre de 2008

MÚSICA INMORAL

              ¡Chale, pinche frio! Y me falta un buen para llegar a mí chante. Esta de la chingada salir así, nomás, de putazo al pinche frío. Cuicos ojetes, llegan bien gandayas a clausurar nomas de sus tanates, se me hace que el patrón no se quiso mochar. Pero que webos de los tiras de sacarnos así, bien vale madres. ¡Como estuviéramos! ¡Va parejo! Los pinches borrachos, como están bien alcoholes les vale madre el frio. Pero las pobres viejas; se veían chistosas apretando los dientes, y es que neta la lycra no quita el frio ni a mentadas de madre, y menos en esos pinches vestiditos que parece que se los guardan en el monedero. Y luego la pinche placa pasada de chorizo; no les dieron chance ni de vestirse a las pobres viejas, cerdos ojetes.
Me caga tener que venir a pincel con este puto frio; ni modo que dejara a la Marlene irse así nomás. Pobre de mí jaina, valió madre que se hiciera un chingo de fichas, ni tiempo les dieron de cobrar. Ojala el varo que le di le haya alcanzado pal taxi, era todo lo que tenía. El pedo es que va a decir cuando llegue a su casa vestida así, ni su ropa pudo sacar. Que mal pedo.
¡Cabrón! Siento como si me cortaran las yemas de los dedos con navajas de rasurar. Por eso siempre me descaliento un rato dentro bar antes de largarme; esta cabrón salir al frio de madrazo después de tocar toda la noche. Lo bueno que ya mero llego a mi chante.
Chido, por fin llegue. Vamos pa’ dentro y a jetear.
Pinche ruco vale verga. No pudo ni pintar la puta puerta. Ni una pinche lijada para que no astille las manos. Ni modo, me tendré que dar mañana mi hornazo con thiner, si no la pinto se va a pudrir la madera.
Me duele todo el cuerpo, como si me hubieran trepado a la patrulla los cuicos pa’ darme mis macanazos. ¿Qué hago? Cabrón ¿Qué hago? Hasta el sueño se me va de ver mi chante así. Le quisiera parar bien chida su casa a mi jefa. ¿Pero con qué? ¡Y luego! ¿Cómo le hago con mi flaca? Por lo menos cambie la puerta, la otra ya parecía corcho.
Siento como si mi casita se nos fuera a caer, como si los clavos fueran más guangos e irreales que las putas ilusiones. Quisiera que las tablas fueran tabiques, que los hules fueran puertas, que mi jefa tuviera un güey que la ayudara, que sirviera de algo. Pinche ruco bueno pa’ nada.
¡Puta madre! Ahí está ese güey, como tiene la conciencia peor que la mía no duerme el viejo ojete. Ojalá no venga a joder. Su pinche tufo a maicena y siete machos lo anuncia desde lejos. Y luego este pinche sillón que ya huele a podrido, está más deforme de la nariz de ese cabrón. Aquí no se descansa ni madres, pero ni así me puedo parar, estoy muy madreado.
Neta lo mando a la verga si me dice:
- ¿Ya llegaste de tocar con tus pinches amigos marihuanos? Búscate un trabajo vago inútil.
¡Lo hizo! Perro mamador.
- ¡Güey! Toco en un bar. ¡Trabajo! No como tú, pinche vato mantenido.
¿Bar? Solo el patrón y yo le decimos bar a esa madre. Pinche receta de brujas. Échese en un cazo pa’ carnitas unos pelos de sobaco rancio, madera podrida, desinfectante de sanatorio, miados de borracho, vómito, y un leve toque de perfume de cincuenta varos. Todo eso sazonado lentamente con el fuego del infierno, neta que si lo meto en una botellita y lo vendo me hago millonario. “Las glorias de La Minerva número cinco”. ¿Qué pedo? Ya me malviaje.
Ese olor no se me va a olvidar en toda mi perra vida. Y luego tanto pinche humo de cigarro cuando va yo ni fumo.
- ¿Felpas, ya puso el patrón máquina de niebla?
- ¡Mamador! Mejor tócale que el patrón se pone roñoso. Y güey, dice tu jaina que le toques ya sabes cuál.
- ¿Felpas, se las sirves rebajadas a la flaca, de bandas?
- No hay pedo, sus clientes están bien briagos. Sirve que les meto unas de más en su cuenta y chupamos nosotros también. Tu aguanta.
- Pues como vas.
Chale, pinches gordas, se ven de la verga con sus vestiditos de lycra que se les trepan a media nalga. Pero eso si, como la goza la banda. ¡Nereidas de a cartoncito de cheve! ¡Baaaaaaaailamela suavecita! Mira si nena gózame…
¡Cómo va! Veinte varos por rola pal conjunto, cinco varos pa’ la dama por baile… Y ahora si mi maistro. ¡Agasájese ese a bulto de naranjas chinas que la morra trae en vez culo! El albañil de cincuenta kilos con la fichera de noventa; me acuerdo de una película pacheca del Mickey mouse. Estaba bien morrito cuando el difunto me llevo a verla al cine, casi ni me acuerdo, pero creo que un lagarto bailaba con una hipopótama.
Mi Marlene es la única que se varil vestida así. Neta ya no quiero verla fichando. ¿Pero qué hago? Cabrón ¿Qué hago? Neta no quiero dejar a mi jefa sola con este ojete. Se me hace que no la madrea porque sabe que si toca a le parto su madre al güey.
¿Y si me traigo a la flaca? Chale, a duras penas cabemos aquí los tres. ¿Y su morrito? No pues ya salió pior.
¿Neta no se darán color en su casa de que la rola mi jaina? Pinche familita. Empezando por el gañote de mi cuñado. Llega bien culón al bar a gorrear chelas con su pinche carita de invitan o voy de chiva con mi jefa. Otra que vale verga la pinche vieja gorrona y quejumbrosa.
- Ay joven, imagínese usted, yo enferma, – puta vieja larga, sí parece toro – las medicinas salen muy caras, y luego el bebé que necesita tantas cosas. ¿En qué trabaja usted joven?
Pobre de mí flaca, se le abrieron los ojos como si la saliva se le hubiera vuelto una piedra bien concha.
- Toco en fiestas con un conjunto señora – Me le quedo viendo a mi vieja como diciéndole: no aprietes.
- Si mamá, lo conocí en unos quince años.
Mi suegro es banda. Ni se mete, y si habla siempre es en buen pedo.
- Muchacho ¿Sabes hacer de comer? Porque esta mujer, el día que quiso hacer arroz apesto a ajo toda la casa.
Y pensé: Uta… ni pedo, tragare como japonés.
¡Madres! Maicena y siete machos. Me cortas el viaje perro. No hay pedo, ven, que no estoy pa’ soportarte.
- Hey tu, vago, vino a buscarte la niña esa bonita, la que se viste como en velorio, la del cochecito gris.
En buen pedo Chuchito, neta que te lo pido con fe, no dejes que este vato me encuentre, si me encuentra le parto su madre y nomas voy inquietar a mi pobre jefa.
¡Güey!… neta, la Morgana. Chale, si me pasaría ir a tocar con ellos al Df. Pero… ¿La chamba? ¿Mi jefa? ¿La flaca? También la banda de las tocadas ya me castra. Se dicen de gente de mente abierta, progresistas, tolerantes, luchadores sociales, anarquistas como todo punk, pero me tiran mierda en las tocadas porque toco cumbias en una cantina. ¡Cabrón, tengo que tragar, tengo que ayudar a mi jefa!
- Esa muchacha que se ve de buena familia. ¿Qué le ve a un pinche vago como tú?
- Es mi alumna perro, le enseño a tocar la guitarra. Y ya bájale de webos que aquí también doy varo.
Chido, ya se va, a ver si mañana no caga el palo con mi jefa. Hoy no tuvo muchas ganas de chingar, gracias chuchito. Mejor me clavo a mi cuarto.
Pinche hule feo, si me traigo a la Marlene lo cambio por una puerta de triplay, aunque no sea maciza pero que tape. ¿Lo qué no sé es cómo vamos a tapar el ruido de la cogedera?
Tengo más cansancio que sueño. Mi cerebro anda en quinta con tantos pedos, y mi cuerpo anda en segunda por la madriza. ¿Qué hago? Lo bueno que los cuicos no me bajaron mi discman. ¿Qué hago? Cabrón ¿Qué hago?
Puedes tomar un avión,
nave espacial o camión.
Puedes ver mucha televisión
para escaparte de aquí
mas por muy lejos que tu vallas,
nunca podrás escapar de ti
zzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzzz(Fragmento de la canción
“Puedes”, de Rockdrigo
Gonzales)

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