domingo, 12 de octubre de 2008

4 X 4


Tengo que hacer un monólogo, y cosa rara en la profesora, sus indicaciones lo ponen a uno a parir cuates: Efraín (arrastrando la i con un tonito de chingas a tu madre madre madre), el monólogo debe ser entretenido, “y sin groserías.”
Aja, si, como no, que fácil entretener a la bola de gañanes, bobos y fresas nacas de mi salón sin decir palabrotas. Los debería de ver en la cantina de doña pelos, bola de hipócritas. Además, no soy cirquero para entretener a nadie. ¡Uy, si, qué fácil es entretener! Como decía el viejo Fekete: “El que quiera entretenerse que se valla al circo.” Pero no soy el entrenador de un equipo mediocre que tiene un pie en la segunda división; solo soy un sufrido alumno que debe entregar una tarea. Solo espero no pasarme por debajo de cierto monumento francés a la real academia.
¡Hetaira madre! No se me ocurre nada. Me hacen falta unas chelas, unas rolas y mi gorda. Neta como la quiero, pero me saca de quicio.
Dado que mi gorda anda medio lejos, y solo tengo una guama y mi IPod, ya sé de qué hablaré.
Recuerdo esa ocasión, un día que lleve a mi vieja a sacar copias. Ese día ocurrió una de mis más vívidas e interiorizadas experiencias con la música (¿Vívidas e interiorizadas? ¡Que mamadas! Pero dijo sin groserías).
Mi gorda estaba conmigo, en mi casa; planeabamos salir. En ese momento recordó que debía hacer un trabajo y me pide la lleve a sacar copias, y aparte teníamos que pasar por su amiga con la que estaba haciendo el trabajo, ya ni flatulencia (si digo pedo le saco a que la profesora se enoje y me repruebe).
Estábamos en pleno centro y a la hora del tráfico que sacaría de quicio al mismísimo Buda. Me estacione frente a una papelería, mi novia y su amiga descendieron del auto y entraron al mencionado negocio. Había mucha gente esperando por copias y otras cosas.
Me estaba chocando de esperar, así que decidí poner música o las noticias; el mugre estéreo de mi nave ya estaba para la basura, ya no reproduce cd’s, pero el radio agarra dos dos.
De repente, de quien sabe dónde y antes de encender el radio, llegaron a mis oídos las notas más sensuales y embelesante que he escuchado en mí vida. ¿Qué es eso? Me pregunté. ¿Qué es esa música? El estéreo no es. ¿De dónde vienen esas notas que le quitarían lo frígida hasta a una monja anciana?
El calor, el ocio, padre de todas las pachequeses, y el humo de tanto camión guajolotero funcionaron mejor que un alucinógeno (léase toque bien ponchado de la mejor hierba, sin varas ni cocos).
¡Hay mamita linda! ¡Danzón dedicado a mí mismo, y a las latas de refresco, cerveza, periódicos viejos, restos de comida, polvo, mochilas y algunas materias indeterminadas que me acompañan! ¡Que limpio esta mi carro verdad de Dios!
¿De dónde demonios viene esa música? ¿Quién es el tipo o la tipa que toca tan bien? Me siento como la niña del exorcista tratando de saber de dónde viene esa música, y no puedo bajarme del carro porque un algún guajolotero podría dejarme como calcomanía.
Es increíble cómo, a través del humo, el ruido de carcachas y de la gente, la música sigue adentrándose en mí subiéndome chido al avión. ¡Agárrate mi reina que te voy a hacer como trompo arriba de un ladrillo y me va a sobrar espacio!
Así mi niña, suavecito. Viene el primer descanso que las damas saquen sus abanicos y los caballeros su peine de carey. Viene el segundo tiempo, mas movidón, cadencioso, intenso, sensual, ca...ramba, que bien toca este tipo, quien quiera que sea.
Mi avión se eleva más y más mientras tarareo la melodía con los ojos cerrados, sintiendo como la música me invade, como bulle dentro de mi cuerpo y mente. Y de repente parece que los gritos, motores, silbidos, todos los ruidos de la calle marcan el compás de 4 x 4 de “Nereidas”.
En lo más elevado de mi viaje puedo ver al “Majarichi”, aquel que nos enseñó a viajar a otros planetas sin nave espacial; puedo verlo como le mueve cadenciosamente la cintura a la tehuana que salía en los billetes viejos de cinco pesos (esos que aun decían american bank note company).
En la barra del tugurio que se dibuja en mi mente, “Cantinflas” le rola un cigarro sin filtro a Jim Morrison mientras Ernest Hemingway les sirve unas chelas. A un lado, Einstein reta a Jesús a una partida de cubilete. En las mesas vivos y muertos conviven y combeben entre el humo de cigarros, licor, música, alcohol, sudor y relajo.
Llega el tercer tiempo, explosivo, libre, el del danzón florido, achilangado, de jalón. El punto culminante después de la meseta que fue el segundo descanso, el punto donde se desborda la relación cuasi carnal y simbiótica entre uno mismo, su pareja y la música.
El relajo sigue a todo lo que da en este sicodélico congal. “Sor Juana” y “Tongolele”, usando una escoba a manera de tubo, compiten alegremente causando el frenesí del respetable. Arriba de una mesa dilucidan quien pone más álgida la libido de la concurrencia con sus movimientos de cadera. Octavio paz no puede disimular su cara de depravación (depravación no es grosería, me cae de madres).
¡Y precisamente ahora! En este momento, cuando el avión donde se montó mi viaje ya le hace una seña obscena al Concord y al trasbordador espacial, mi querida noviecita, mi delicada, graciosa, dulce, y sobretodo inoportuna noviecita, me corta cruelmente el viaje. Su cursi y chillona voz me baja del avión.
- Ya mi amor, mi amiga se queda aquí, ahora si vamos a donde quieras, y me hace un guiño de ojo como apelando a que mi libido conciba negras intenciones.
La miro, sonrío con una sonrisa que envidarían el mismísimo Vincent Prize, y en lugar de pensar en algún donde dar rienda suelta a mi lascivia, me digo a mi mismo: ¿Qué tan lejos queda el puente de la autopista?

FIN

1 comentario:

Anónimo dijo...

aaa

bello, raro, conmovedor, interesant, original, romantico, vulgar, excitant....

un poco d todo dbo dcir, la descripcion d los detalles mantiene tu atención a la historia, la descripción de los sentimientos t los transmit tambn t hac sentir cómo si estuvieras ahí jeje

la simplesa con q se muestra y reacciona solo dejandose llevar x la música y el sentir s tan sencillo y real, t hac alucinar.


bueno en general m gusto muxo la historia, en vdd muy buena!!!